Sueño recurrente

Tengo algunos sueños recurrentes que me gustan de sobremanera, o quizá lo recurrente no es el sueño, sino la acción que realizó en él, pero la sensación sí es siempre la misma, ¿y qué hago en el sueño?: Vuelo.

La capacidad de volar es algo que desde siempre me ha maravillado, por muchos estudios científicos y explicaciones físicas que haya, no concibo la manera en la que un animal o un objeto pueden elevarse por los aires.

Normalmente puedo volar de manera voluntaria, con el simple hecho de desearlo me elevo y avanzo, casi siempre por periodos momentáneos, como si fuera el poder de un personaje de videojuegos que mientras lo usa va agotando la capacidad, nada que ver con Superman o un ser alado, simplemente puedo volar o flotar por algunos trechos de mi sueño y desplazarme, casi siempre huyendo o persiguiendo, pero volando.

La sensación es incomparable, si me pudiera ver o tomar una fotografía seguramente estaría sonriendo mientras duermo. Definitivamente sería mi deseo número uno al encontrarme un genio que me lo concediera.

A veces, cuando viajo o me desplazo a algún lugar, me pregunto cuánto tiempo ahorraría si pudiera volar; no teletransportarme y aparecer en otro lado, no, es demasiado simple, el placer de contemplar el mundo desde arriba no me lo perdería por nada. Quizá por eso disfruto tanto los lugares altos, cada que tengo oportunidad de subir una montaña o un edificio, lo hago sin dudarlo.

Pueden llamarlo ociosidad, pero en realidad, cuando no tengo mucho que hacer o pensar, invierto una parte de mi tiempo meditando sobre las ventajas y las desventajas que ese poder implicaría. Por supuesto, siempre ganan las ventajas.

Por eso busco unas alas… desde hace algunos años me he dado a la tarea de buscar una imagen o alguien que las dibuje para mí, para tatuarlas y llevarlas siempre conmigo. No unas alas cualesquiera, tendrían que ser unas que sostuvieran mi peso pero que además cupieran en mi espalda.

Imagínense si las tuviera… y ahora, ¡imagínense si funcionaran!.

Ya lo dijo Oliverio Girondo: ¡¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes!!