¿Qué pasa con la tecnología? Cada vez hay más aparatos para hacer cualquier cosa que se te venga a la cabeza, por muy excéntrica que sea; gadgets más novedosos, más pequeños, más portables, más brillantes; versiones mejoradas de todos los productos que ya habían sido mejorados previamente, pero con los que es necesario seguir sacando dinero; coches más aerodinámicos, más seguros, más lujosos, por supuesto siempre más caros; electrodomésticos con los que puedes barrer, ver una película y prepararte un pollo asado, todo en uno.
La siguiente pregunta es ¿qué pasa con la gente? Cada vez somos más consumistas, más artificiales, más novedosos, más dependientes, más inútiles, más olvidadizos, más incapaces de memorizar, más contaminantes, más torpes, más inseguros, más superficiales, más destructores.
Cada vez también, se vuelve más frecuente en mí el deseo de un día despertar y ver cómo, en una noche, la naturaleza ha crecido nuevamente y se ha abalanzado sobre nosotros, sobre nuestras ciudades, nuestros coches, nuestros campos, nuestras construcciones, y en general sobre todos los destrozos que hemos hecho en este mundo. No en un plan caótico ni apocalíptico, sino algo más armonioso, una simple recuperación del territorio; un avance con el que nosotros podamos simplemente decir “¡¡¡aahhh, que bien!!!” Y entonces empezar a adaptarnos a un nuevo modo de vida.
Olvidarnos de celulares, radios, computadoras, coches, televisión, ipods (bueno, los ipods serían útiles porque la música siempre es buena compañía), internet, satélites, twitter, facebook, y en general todo aquello que muy astutamente parece facilitarnos la vida, pero que en realidad no hace mas que complicarla exponencialmente.
Volver al origen, a la vida simple, un poco aldeanos, pero sin faltar nada en materia de salud por ejemplo, eso sí sería indispensable, no queremos una epidemia en medio de este paraíso; y por supuesto, seguir teniendo todos los libros que hay ahora y la posibilidad de seguirlos produciendo (la lectura también me resulta vital).
Despertar, caminar, trabajar, leer, otra vez caminar, hablar más, vernos más, convivir más, tocarnos más…
No sé si me explico… pero de verdad me encantaría.
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